Enchiladas Lolita
Descripción
Explora la Historia en la Iglesia de San
Agustín
Devoción a Santa Cecilia:
La Iglesia de San Agustín, fundada por Fray Juan
Adriano entre 1589 y 1593, está dedicada a Santa Cecilia. Es la tercera
fundación del clero en la Villa de Atlixco y representa un testimonio vivo de
la presencia agustina en la región desde finales del siglo XVI.
Convento Agustino y Misión Religiosa:
La fundación del convento se realizó en la última
década del siglo XVI bajo la encomienda de Fray Melchor de Vargas. A diferencia
de algunas misiones que se enfocaban en evangelizar indígenas, los agustinos de
este convento tenían la misión de presentar su orden y brindar apoyo espiritual
a la población criolla de Atlixco.
Portadas Barrocas y Accesos:
La Iglesia de San Agustín presenta tres accesos al
patio y destaca por sus portadas barrocas, un ejemplo claro del barroco
popular. Estas estructuras no solo cumplen una función arquitectónica, sino que
también son expresiones artísticas que han resistido el paso del tiempo.
Convento Agustino y su Comunidad
Religiosa:
En sus días de esplendor, el convento Agustino
albergaba a diez religiosos, incluyendo dos "lenguas" encargados de
predicar y confesar en náhuatl. Su presencia y labor espiritual fueron
fundamentales para la vida religiosa de la comunidad criolla en Atlixco.
Desafíos y Pérdidas:
A lo largo de la historia, la Iglesia de San Agustín
enfrentó desafíos, especialmente durante la invasión Norteamericana, que dejó
desperfectos notables. Los fastuosos retablos dorados que adornaban el interior
del templo desaparecieron, pero a pesar de las pérdidas materiales, la iglesia
ha mantenido su importancia como lugar de culto y patrimonio cultural.
Testimonio Vivo de la Fe y la Historia:
Hoy en día, la Iglesia de San Agustín sigue siendo un
testimonio vivo de la fe y la historia de Atlixco. Su arquitectura, portadas
barrocas y la presencia de la orden agustina son recordatorios tangibles de la
rica herencia cultural y espiritual que ha perdurado a lo largo de los siglos.
Visitar esta iglesia es sumergirse en la
historia viva de Atlixco y apreciar la dedicación de aquellos que, durante
generaciones, han encontrado significado y consuelo en sus muros.